¿Cuál es la diferencia entre la cáscara (fibra) del coco y la cáscara dura (caparazón)?
Cáscara de coco de las plantas de palma de coco
Las cáscaras de coco son un residuo agrícola importante que se encuentra ampliamente disponible en nuestro país en grandes cantidades. Es bien sabido que encender cáscaras de coco en áreas abiertas puede aumentar considerablemente las emisiones de CO2 y metano. El famoso carbón vegetal se elabora con frecuencia a partir de cáscaras de coco de una plantación de cocoteros. Este proceso suele generar mucha suciedad y material extraño en el carbón. Además de dañar el medio ambiente, las emisiones de humo de estos pozos suponen una gran amenaza para la salud humana.
Curiosamente, la cáscara de coco de un cocotero es mucho más adecuada para el proceso de pirólisis, dado que normalmente tiene menos cenizas y se puede obtener fácilmente a un coste muy bajo debido a la alta concentración de materia volátil. Cuanto más carbono fijo haya, más probable es que se forme un residuo sólido llamado carbón activado.
Cáscara de coco de una plantación de cocoteros
La cáscara de coco derivada de una plantación de cocoteros generalmente tiene una cantidad muy alta de lignina y celulosa, y esa es la razón principal por la que tiene un alto valor calorífico. Además, la composición química de las cáscaras de coco consiste principalmente en celulosa, lignina, gas, alquitrán, tanino y potasio.
El uso predominante real de las cáscaras de coco radica en la combustión directa para ayudar a hacer carbón. Estas cáscaras de lo contrario simplemente se desechan. La cáscara de coco se puede transformar en gran medida en una fuente de combustible de valor agregado que puede reemplazar eficazmente la madera y otras formas tradicionales de combustible.